Desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador como Presidente México, el 1 diciembre de 2018, seis mil 171 mujeres fueron víctimas de homicidio doloso, mientras que otras dos mil 47 fueron asesinadas por motivos de género, por lo que sus ejecuciones fueron tipificadas como feminicidio, esto acorde al último informe de violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, al corte de enero 2021.

Según el documento citado, el 2019 fue el año con el mayor número de asesinatos y feminicidios se dieron en comparación al últimos lustro, dos mil 868 ejecuciones de manera dolosa — intencionadamente — 942 feminicidios, con una tendencia sostenida de manera mensual arriba de las 65 muertas por razones de género.

Aún con estas cifras y la sentida necesidad de los colectivos feministas de una mejora en las políticas públicas no sólo de procuración de la seguridad de las mujeres, sino del cumplimiento a la justicia, el Presidente López Obrador continúa descalificando movimiento de las mujeres.

En días pasados, acusó que el movimiento feminista de ser una simulación al exigirle que “rompiera el pacto patriarcal” destituyendo al candidato a la gubernatura de Guerrero, Felix Salgado Macedonio, por tener al menos cinco denuncias de violación y hostigamiento sexual.

“La simulación sobre el feminismo, empieza a escuchar: rompa el pacto, rompa el pacto; sinceramente, no miento, me enteré de lo que era eso hace cinco días”, comentó el mandatario nacional el pasado 25 de febrero en su conferencia mañanera.

Más allá de ello, el pasado viernes 5 de marzo, en vísperas al inicio de las movilizaciones con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el jefe del ejecutivo federal colocó un muro de vallas que recubre todo el Palacio Nacional así como otros inmuebles considerados históricos, tal es el caso del Palacio de Bellas Artes.

Al ser cuestionado por la acción, aseguró que esta instrucción no fue machista, ni represora, sino una solución para evitar reprimir movimientos sociales, siempre cuidando el patrimonio nacional.

“Se puede protestar, e incluso llegar hasta el insulto a la autoridad, eso está permitido, pero hay que cuidar el patrimonio nacional”, sentenció.

Como respuesta a las acciones del estado mexicano, miles de mujeres, así como familiares y amigos de las víctimas de feminicidio decidieron adornar el muro de metal con flores, cruces y con los nombre de todas las muertes que perdieron la vida a manos de la violencia machista.

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