Muerte al verano ópera prima de Sebastian Padilla, relata las vivencias y problemáticas de la vida adolescente. Con tintes ciber punk y escenas grabadas principalmente en la ciudad de Monterrey, el largometraje gira en torno de Dante y la vida de sus amigos, que tienen una banda de metal.
Los chavos se la pasan andando en patineta y jugando hachiman, un juego de naipes del cual Dante tiene una carta extraña sumamente costosa. Un día suena el teléfono con una invitación que podría cambiarles totalmente la vida: Serán una de las seis bandas teloneras de Necrosis, la agrupación de death metal más importante de todos los tiempos.
La historia no es del primer amor exitoso, ni las amistades , pero pese a los esfuerzos logran salir adelante.
Una de las metáforas principales de la película es la violencia que se vive, un reflejo de la actualidad de país. Sin embargo viviendo día a día se logra escapar de todo esa realidad, como lo hacen Lucy y Dante.
“Aunque todo se esté cayendo, se puede tener el primer amor, instinto de súperviviencia, que logra lidiar con las muertes y todo lo que pasa en el mundo”, Alejandro Aldrete.
