Todos aquellos trabajadores cuya nómina dependa del presupuesto público estatal se enfrentarán a un cierre de año raquítico, adelantó el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, ante un déficit presupuestal superior a los dos mil millones de pesos.
El mandatario estatal informó que derivado de los recortes efectuados a Michoacán en las participaciones federales, al corte del mes de noviembre el estado dejó de percibir dos mil millones de pesos, los cuales serían necesarios para el pago de los trabajadores de nómina estatal y las dependencias autónomas que también se mantienen con el recurso que llega a la entidad; todo eso sin contar los adeudos con el magisterio.
Acusó al titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutierrez, de ser inaccesible al momento de intentar gestionar mayor recurso al estado, pues denunció que “ni las llamadas contesta”.
Históricamente el Gobierno Federal le ha ayudado a los estados a transitar esta dificultad, un poco compensando la injusta fórmula de distribución de la Hacienda Pública, (…) yo esperaba que con el gobierno de la Cuarta Transformación habría sensibilidad de reajustar el esquema, pero salió peor la cura que el remedio.
De ahí la falta de pago que exponen organismos como el Poder Judicial del Estado de Michoacán y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, donde sus empleados se han manifestado de manera reiterada ante la falta de pago puntual de las quincenas devengadas.
Aureoles Conejo hizo un llamado a los trabajadores michoacanos a comprender la “compleja situación” que atraviesa el estado, sin pensar que el Gobierno de Michoacán retiene el dinero o no quiere pagar, pues enfatizó que es un tema de deficiencia presupuestal.
Por último, subrayó que el recurso con el que sí cuenta el estado para el cierre de año se priorizará en los temas de mayor necesidad: educación, salud y seguridad.