El pasado 30 de diciembre fuimos testigos de un hecho bastante lamentable, es más, yo me atrevería a decir que incluso fue hasta chusco, y es que estaba en juego la aprobación de una deuda cercana a los 4 mil millones de pesos para endeudar a Michoacán por al menos 20 años.
Pero es que lo gracioso está en que casualmente cinco diputados de la bancada de Morena se enfermaron, o no pudieron asistir a la sesión por cuestiones personales, algo sumamente sospechoso y extraño, ya que el Grupo Parlamentario de dicho partido político se supone tendría que ser un contrapeso importante al Ejecutivo del Estado, mostrando dos facetas aquella fatídica madrugada; por un lado los legisladores morenistas presentes dando la batalla ante los abusos de un gobierno estatal que se caracteriza por ostentar los primeros lugares en corrupción a nivel nacional, y por el otro, diputados que se vendieron y que traicionaron los principios de la Cuarta Transformación; “no mentir, no robar y no traicionar”.
Escenario que generó múltiples reacciones en redes sociales por parte de la militancia morenista, ya que pedían la expulsión de Sandra Luz Valencia, Osiel Equihua, Mayela Salas, Laura Granados y Francisco Cedillo por no asistir a una sesión que representaba el futuro de los michoacanos y una aceptación por parte de la opinión pública hacía el grupo parlamentario de dicho instituto político.
Y es que al parecer la Comisión de Honor y Justicia analizará puntualmente el caso de los cinco diputados faltistas, para proceder a una posible expulsión de las filas del partido guinda, sin embargo, en México poco importa esa deshonra, ya que posiblemente brincarán a otro partido político, o a otra fracción parlamentaria buscando cobijo legislativo al interior del Congreso del Estado.
Sin duda, aún queda mucho camino por andar y decisiones que tomar, pero lo que es claro es que Morena tendrá que escuchar el consejo de sus bases, y de sus miembros más activos para dar un golpe de timón y navegar por una corriente más segura de cara a las elecciones del próximo año, teniendo que dar mayor confianza a la sociedad y verificando de manera muy puntual aquellos que acaban de adherirse y que por lo visto en su ADN no está el bien común.
Si Morena en Michoacán no ajusta los engranes adecuados puede ver en riesgo las elecciones que están por venir el próximo año, y no me refiero únicamente a la gubernatura, sino a la mayoría dentro de la cámara de diputados y ayuntamientos, por lo que no tendría el poder en la toma de decisiones, ni credibilidad ante una sociedad que votó por un cambio y por un mejor porvenir.