Policías adheridos a la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán (SSP) exhibieron las malas condiciones en las que cumplen sus largas jornadas de trabajo en la región Zitácuaro, donde se construyó un cuartel regional que se supone dignificaría su trabajo.
A través de fotografías se puede constatar que los elementos policiacos duermen en el piso con tan solo una cobija para no quedar directamente acostados sobre el azulejo, lo que provoca que no logren descansar correctamente y se ponga en riesgo el desempeño de sus labores diarias para salvaguardar a la población de Michoacán.


Los elementos cumplen jornadas indefinidas, en realidad no cuentan con un horario fijo, pueden ser turnos de 24 x 24 horas; de 12 x 36 horas; de 12 horas x 4 días; y de esta forma varían entre días y horas de trabajo, sin embargo cuando es tiempo de descansar se encuentran con este tipo de situaciones que contrastan con el discurso de las autoridades estatales quienes aseguran que cada día se dignifica más la vida de los elementos policiacos.
Asimismo cabe mencionar que actualmente existen más de 100 familias deudas esperando que sea cubierto el seguro de vida de sus familiares policías caídos en cumplimiento de su deber.

De acuerdo al tabulador de la propia dependencia, cuando un elemento de la SSP fallece de manera natural, a su familia se le entrega un apoyo de $380 mil pesos, pero si fallece en un enfrentamiento en cumplimiento de su deber, la familia debería cobrar $750 mil pesos, aproximadamente, sin embargo este recurso no le ha llegado ningún deudo desde hace al menos tres años.

Por otra parte, de acuerdo a la propia SSP, Michoacán tiene actualmente un estado de fuerza de 4,500 policías cuando de acuerdo a estándares internacionales marcados por la ONU, por la población que tiene Michoacán se requieren de 7,000 elementos, lo que evidencia debilidad ante las organizaciones criminales instaladas en el estado.
Además, 1,982 agentes han causado baja entre 2015 y 2019, de los cuales 1378 renunciaron de manera voluntaria y 82 se jubilaron, pensionaron o recibieron dictamen de invalidez definitiva y cuatro fueron separados del cargo por alguna resolución administrativa.

Hay 500 aspirantes en proceso de aceptación a la Policía Michoacán y 64 han muerto en cumplimiento de su deber, siendo 2017 el año con más fallecimientos, con 16 elementos caídos.
Pero otro problema que reportan los aspirantes es que dentro del IEESSPP existen múltiples abusos por parte de instructores, personal administrativo y manual y del propio director, Juan Antonio Bernal Bustamante, a quien acusan de no entregar los recursos correspondientes a las becas que el Gobierno de Michoacán les otorga mensualmente para la manutención de sus familias mientras están capacitándose, además del mal estado de los alimentos y las agresiones físicas que sufren durante su adiestramiento.

A esto se suma la falta de combustible, el mal estado de las unidades que utilizan, deterioradas y con las llantas lizas, el poco armamento, la falta de municiones además de un uniforme incompleto que pone en riesgo su vida cuando deben enfrentar a la delincuencia, que los supera en todos los aspectos y han dejado como resultado masacres como la más reciente, en Aguililla.

