Seguro que hay gente que ya lo cree, especialmente los dueños de perros. Pero ahora la ciencia lo corrobora: tener un perro se asocia a una vida más larga y mejores resultados cardiovasculares.Este efecto es especialmente interesante para los sobrevivientes de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular que viven solos, según un nuevo estudio y un metanálisis separado publicado en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes’, la revista de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).

Los hallazgos en estos dos estudios y análisis bien hechos se basan en estudios previos y las conclusiones de la Declaración Científica de la AHA 2013 ‘Propiedad de mascotas y riesgo cardiovascular’ de que la propiedad del perro está asociada con reducciones en los factores que contribuyen al riesgo cardíaco y a los eventos cardiovasculares”, recuerda Glenn N. Levine, presidente del grupo de redacción de la declaración científica de la American Heart Association sobre la tenencia de mascotas.

Dada la investigación previa que demuestra cómo el aislamiento social y la falta de actividad física pueden afectar negativamente a los pacientes, los investigadores, tanto en el estudio como en el metanálisis, buscaron determinar cómo la propiedad del perro afecta los resultados de salud. Estudios anteriores demostraron que la propiedad de un perro alivia el aislamiento social, mejora la actividad física e incluso reduce la presión arterial, lo que lleva a los investigadores a creer que los dueños de perros podrían tener mejores resultados cardiovasculares en comparación con los no dueños.

Los investigadores de este estudio compararon los resultados de salud de dueños de perros y personas que no tenían mascota después de un ataque cardíaco o un derrame cerebral utilizando datos de salud proporcionados por el Registro Nacional de Pacientes de Suecia. Los pacientes estudiados eran residentes suecos de entre 40 y 85 años que sufrieron un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular isquémico entre 2001 y 2012.

En comparación con las personas que no tenían un perro, los investigadores encontraron que para los dueños de perros que viven solos después de la hospitalización el riesgo de muerte tras un ataque cardíaco fue un 33% más bajo y un 15% más bajo para aquellos que viven con una pareja o un niño.

En el caso de los pacientes con accidente cerebrovascular que viven solos después de la hospitalización el riesgo fue un 27% menor y un 12% menor para los que viven con una pareja o un niño.

En el estudio, se registró que casi 182 mil personas sufrieron un ataque cardíaco, de los que un 6% eran dueños de perros, y cerca de 155 mil personas sufrieron un accidente cerebrovascular isquémico, de lo que el 5% eran dueños de perros.

Los investigadores encontraron que, en comparación con quienes no tenían animales, los dueños de perros experimentaron un 24% de riesgo reducido de mortalidad por todas las causas, un 65% de riesgo reducido de mortalidad después de un ataque al corazón y un 31% de riesgo reducido de mortalidad debido a problemas cardiovasculares.

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